Sesgos inconscientes y su influencia en la toma de decisiones
El cerebro funciona de dos maneras: reacción, un proceso automático, frecuente, emocional, estereotipado y subconsciente; y reflexión, un proceso controlado, lento, con esfuerzo, lógico, calculado y consciente.
El ser humano suele estar controlado por el inconsciente y las decisiones emocionales. Este proceso desencadena en prejuicios inconscientes definidos, los cuales ocurren de manera automática y se inician cuando el cerebro realiza juicios y evaluaciones rápidas sobre las personas y las situaciones, influido por antecedentes, entorno cultural y experiencias de la persona.
Este tipo de prejuicios pueden dividirse en: sociales, aquellos que influyen en las personas con quienes prefieren relacionarse; de información, los cuales tienen influencia en la forma en que se toman decisiones; y, de capacidad, que tienen influencia en el comportamiento cuando se tiene un nivel bajo de energía mental.
Constantemente las personas toman decisiones en prejuicio de un grupo. Por ello, es importante asegurarse que al tomar una decisión de relevancia se esté libre de estos sesgos, y, estar conscientes de la decisión que se toma. También es importante establecer procesos en las organizaciones que permitan la toma de decisiones de manera más consciente.
Se deben evitar comportamientos que lleven a microdesigualdades. Estas consisten en manifestaciones de exclusión hacia cualquier persona, con acciones tan sencillas e inconscientes como voltear los ojos, interrupción de ideas, mirar constantemente el reloj cuando alguien se encuentra hablando o excluir a alguien de la conversación.
Estas acciones pueden combatirse con microafirmaciones, como asentir cuando alguien habla, agradecer las ideas y aportes, recordar información importante para esa persona. También puede utilizarse la inclusión consciente, es decir, establecer mecanismos para detener la tendencia a relacionarse con personas de un perfil similar.
Los sesgos inconscientes no pueden eliminarse; sin embargo, existen maneras para interrumpirlos tales como: aceptar que todas las personas tienen prejuicios, identificar cómo los prejuicios pueden afectar su trabajo, y, por último, ser consciente de que se tiene este tipo de sesgos y considerar diferentes enfoques para manejarlos.