¿Cómo emplear los principios de negociación cuando hay que aplicar sanciones o despidos?
Ana Gabriela Peña, Abogada y Mediadora Certificada, quién nos acompañó como expositora de la sesión anterior del Foro de Talento Humano, presenta este tema y lo explica de forma detallada.
Es pertinente aplicar los principios de la negociación durante el acto de la sanción, para así tratar de evitar contingencias litigiosas. Si bien es cierto los extremos laborales no son conciliables, la forma en que se ejecuta la sanción sí es negociable.
El conflicto es tripartito, está conformado por las personas, las interacciones y el problema. Además, el conflicto sucede en un lugar, cuyo espacio genera identidad y sentido de pertenencia. Un correcto abordaje el conflicto debe atender estos elementos.
La negociación es la situación en que dos partes reconocen sus divergencias y deciden intentar un acuerdo. La mediación es también la búsqueda de un acuerdo mediante el diálogo, pero con el auxilio de un tercero imparcial. La utilización de uno y otro medio dependerá de la complejidad de cada caso. Ambos son procesos pasan por etapas y se realizan a través de estrategias de comunicación. La aplicación de sus principios en la ejecución de la sanción es posible, porque el acto sancionatorio es un proceso conversacional.
Es por ello que el conflicto debe abordarse trabajando en primer lugar el nivel persona, específicamente en el reconocimiento que los seres humanos trabajan con modelos mentales (simplificaciones de la realidad), que contienen percepciones y emociones. Además, se debe comprender que el conflicto laboral no sucede en el vacío, sino dentro de una organización con toso sus miembros.
El segundo elemento que se debe trabajar es la interacción entre las personas. La importancia de atender la interacción radica en que la comunicación es la base de la resolución de los conflictos. Durante la ejecución de la sanción debe aplicarse la comunicación asertiva (capacidad para comunicar a los otros y en forma congruente, lo que decimos y lo que sentimos); y la escucha empática (escuchar lo que se dice y cómo se dice, atender el lenguaje no verbal, y reconocer las emociones, percepciones y modelos mentales). Además, deben visualizarse las emociones propias; pues al momento de emitir un mensaje, dichas emociones comunicarán los tipos de relaciones entre los involucrados (simétricas o complementarias), o la congruencia entre el mensaje verbal y el mensaje no verbal.
Una vez que se haya trabajado en la persona y en la interacción, lo que corresponde es trabajar el problema (la sanción y su ejecución). Para ello se debe definir el problema, trabajar el manejo del problema, y posteriormente buscar las posibles soluciones al problema. Cuando se trabaja a nivel del problema el desafío consiste en adecuar las percepciones que las partes tienen de sus necesidades e intereses con los recursos y límites que ofrece la realidad. La disputa se enmarca cuando: se deconstruye el conflicto, se reconstruye la relación y se construye la solución.